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  PREMIO LASKER

 


En 1951, el Premio Lasker fue conferido a Alcohólicos Anónimos. Parte de la citación decía:

“La Asociación Norteamericana de Salud Pública presenta el Premio del Grupo Lasker de 1951 a Alcohólicos Anónimos, en reconocimiento de su enfoque único y sumamente acertado de ese antiguo problema de salud y problema social, el alcoholismo ... Al recalcar el hecho de que el alcoholismo es una enfermedad, el estigma social que acompañaba a esta condición está desapareciendo ... Posiblemente, algún día los historiadores reconocerán que Alcohólicos Anónimos ha sido una aventura pionera en su campo, que ha forjado un nuevo instrumento para el progreso social, una nueva terapia basada en la afinidad entre los que tienen un sufrimiento en común, y que dispone de un potencial enorme para la solución de las innumerables enfermedades de la humanidad.”

 


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Stanislav Grof: Adicción, espiritualidad y la ciencia occidental.


VERSIÓN EN PDF PARA IMPRIMIR: Post2PDF


 




 

Ahora citaré lo que Carl Gustav Jung respondió a Bill Wilson:

 

” No le puedo dar una explicación completa y suficiente del caso de Roland H.; sin embargo, lo intentaré con Ud. porque concluyo de su carta tan decente y honesta que Ud. ha adquirido un punto de vista superior a las banalidades equívocas que uno suele oir con respecto al alcoholismo. La avidez por el alcohol es, a un nivel bajo, el equivalente de la sed espiritual que todos tenemos por ser completos; en lenguaje medieval equivaldría a la unión con Dios. Alcohol, en latín, se traduce por “spiritus” ; y usamos también la misma palabra para la más alta experiencia religiosa como para el veneno más depravado. La fórmula más adecuada por lo tanto sería “spiritus contra spiritum”.”




 



MI CAMINO PERSONAL

 

Esta mañana, voy a hablar sobre las relaciones entre la adicción, la espiritualidad y la ciencia occidental, y quisiera poner todo esto dentro de un panorama mayor, la relación entre espiritualidad y psicología, psiquiatría y psicoterapia. Este es un tema que me apasiona por razones muy personales; quisiera por lo tanto hablar algo en términos autobiográficos antes de proceder al tema en sí. Esto tiene que ver mucho con mi historia personal así como con mi historia profesional. Comencé mi vida profesional como analista freudiano, muy convencido; leer a Freud cambió literalmente el curso de mi vida. Muy pronto comencé a desarrollar un conflicto, un cisma, sobre las teorías del psicoanálisis; sentía más y más entusiasmo por la contribución del psicoanálisis a un mayor entendimiento de áreas muy oscuras -sueños, síntomas neuróticos, y lo que en ese tiempo me parecían puntos de vista sobre la religión, comprensión de lo artístico y demás-. Sin embargo, empecé a sentirme gradualmente más desilusionado en lo que se refiere a la práctica psicoanalítica por el hecho que tiene aplicaciones muy reducidas, además las personas que parecen ser buenas candidatas tienen que comprometerse a ser tratadas por largo tiempo -no por meses sino años-, sin resultados impresionantes.

 

Esto llegó a tal punto que me vi precisado a cuestionar si la decisión de convertirme en psiquiatra había sido buena y si no hubiese sido mejor seguir la carrera del cine y películas animadas que me había atraído originalmente.

 

Justamente en esos momentos, algo muy, muy importante, sucedió en mi vida; en la facultad donde trabajaba, recibimos un envío de ampolletas de LSD que se nos fueron ofrecidas para experimentación y exploración de la génesis de la psicosis, particularmente la esquizofrenia, y también como un instrumento muy poco convencional para las prácticas de auto-exploración de los psiquiatras, una oportunidad para estudiar lo que se consideraba como el mundo de enfermos mentales, y volver con nuevos conocimientos para tratar aquellos que se encuentran en espacios psicóticos. Esta era una oportunidad que no me hubiese perdido por nada en el mundo.

 

Tuve un encuentro muy profundo con mi propio subconsciente, lo que me llevó a investigaciones psicoterápicas y a la creencia de que quizás los agentes psicodélicos harían el psicoanálisis tan efectivo y potente como lo pretendía en su sistema teórico. Comencé un programa de psicoterapia asistida por LSD y ese fue mi trabajo por muchos años. Durante ese tiempo se hizo obvio que el LSD era un potente catalizador que traía los procesos inconscientes a la conciencia; una de las cosas que sucedieron fue que todo tipo de experiencias que no debían haber sucedido, en efecto sucedieron; fue un período durante el cual la exploración de la biografía personal se trasladó a zonas que han sido descritas por las grandes tradiciones espirituales, tales como muerte y renacimiento, muerte del ego, entrega total, experiencias de vidas anteriores a ésta, experiencias con arquetipos mitológicos y demás.

 

Quiero aquí señalar que me doy cuenta cabal de que ésta es una cuestión extremadamente discutible en general, así como particularmente en esta Conferencia. Muchas personas consideran las sustancias psicodélicas dentro de la misma categoría que la cocaína, la heroína y otras sustancias adictivas que llevaron a muchos a todo tipo de problemas; sin embargo,creo que tienen su lugar cuando su uso se hace debidamente, con respeto, con reverencia y con el apoyo necesario. También es cierto que han sido un sacramento importante para una serie de culturas, por ejemplo para los indios de México y Suramérica. Han habido culturas que han podido usar estas sustancias de manera muy distinta. No hemos usado LSD durante los últimos 15 años, pero esto forma parte de mi historia personal y por lo tanto así lo quiero declarar, a pesar de que me doy cuenta de los problemas, particularmente en este contexto.

 

Pero, con este trabajo, me percaté que el entendimiento de la psiquis en la psiquiatría occidental es extremadamente estrecho, carece de la dimensión espiritual e ignora la cuestión de la apertura hacia el espíritu, experiencias sobre la muerte, el renacimiento, experiencias místicas, de vidas anteriores y demás.

 

La siguiente parte importante de mi vida que swe relacioa con esto, es mi vida con Christina. Cuando nos conocimos, y que Christina relato su vida, experimentaba ella un potente proceso de despertar espiritual que más tarde reconocimos como un despertar del Kundalini. Además, pasó por muchas experiencias que dentro de un contexto convencional hubieran requerido un tratamiento de hospitalización. De esto nació el concepto de emergencia espiritual y el sistema de red de emergencia espiritual. En efecto no reconocemos la dimensión espiritual, no marcamos ninguna distinción entre una experiencia mística y otra psicótica. Esto constituye una tragedia para muchas personas que experimentan transformaciones muy intensas y reciben diagnósticos equivocados que son categorizados indebidamente. Entonces el proceso espiritual se detiene súbitamente, con consecuencias indeseables.

 

La tercera razón por la que me apasiona este tema, es mi creencia en que la ausencia de espiritualidad en la cultura industrial occidental es una de las causas más importantes de la crisis global, el proceso de nuestra alienación y pérdida del espíritu. Parece ser que en nuestra cultura occidental existe el sentir que la espiritualidad es de alguna manera incompatible con la ciencia, aunque esa no es mi opinión. Generalmente existe un gran respeto a la ciencia y aceptamos automáticamente lo que proviene de círculos académicos. Hasta aquí, pues, lo que concierne a mi biografía en relación con la psiquiatría y la espiritualidad, y más específicamente con la adicción, ya que como Uds. han oído, Christina ha pasado por un período de alcoholismo del cual se está recuperando y en el que tuve mi contraparte desde el punto de vista de la codependencia; tuve responsabilidad en lo que se refiere a permitir, aceptar y compartir esa situación que Uds. conocen a través de los programas de codependencia. Ambos hemos participado en programas de codependencia de un mes de duración y a través de los cuales he desarrollado gran respeto a los “programas de 12 pasos” que incluyen la espiritualidad como ingrediente esencial. Allí también se me hizo aparente la existencia de ese cisma. Los psiquiatras y psicólogos envían a sus pacientes a los “programas de 12 pasos” porque saben que esos programas producen resultados; sin embargo, se sienten turbados porque la invocación de la espiritualidad y de los poderes mayores les parece esencialmente incompatible con un marco racional y científico. Pienso que es importante legitimar la espiritualidad y hacerla compatible con lo mejor que pueda ofrecer la ciencia; en esta creencia radica parte de la energía y pasión que anima mis comentarios de hoy.

 

Voy a tratar de dividir mi charla entre tres áreas que considero de importancia: la relación entre espiritualidad y adicción, la segunda será las diferencias entre la espiritualidad y la religión, un tema al que ya aludió Frances Wong y la tercera será las relaciones entre la espiritualidad y la ciencia.

 

ESPIRITUALIDAD Y ADICCIÓN

 

La espiritualidad es un factor esencial en el estudio de la adicción; está íntimamente relacionada con la mera raíz, con la naturaleza misma de la adicción. Todo programa para el tratamiento de adicciones tiene que apoyarse en la espiritualidad para poder tener éxito; éste es otro hecho ignorado por los profesionales de la medicina que comparten la opinión que todos estos programas no tienen base sólida; sin embargo, envían a sus clientes a ellos, sin respetar la dimensión espiritual, pensando que cualquier cosa es mejor que continuar alcoholizándose. Es decir que existe este tipo de actitud condescendiente a pesar de que los programas de 12 pasos ofrecen gratuitamente un servicio altamente efectivo que ayuda a muchas personas en todo el mundo y que se puede comparar muy favorablemente con los servicios ofrecidos por profesionales médicos altamente pagados. Otro punto que es ignorado es el hecho que estos programas de 12 pasos constituyen además un sistema de comunidades espirituales muy exitoso, de apoyo mutuo, que están vigentes por más de medio siglo y que han logrado evitar los errores y los escándalos que han destruido a muchos grupos religiosos y lastimado a otros, incluso a la iglesia cristiana.

 

Tenemos a un gran amigo, el Hermano David Steindi-Rast, un monje benedictino que vino a hablarnos durante una sesión de un mes en Esalen, sobre espiritualidad y adicción; sus primeros comentarios fueron que, en su opinión, la organización AA (Alcohólicos Anónimos) se parece más a la iglesia que Cristo hubiese querido ver que a lo que se ha vuelto la iglesia cristiana actual. Y lo último que quisiera decir sobre esto, es que es evidente la creciente popularidad de este tipo de programa, no sólo el AA o NA (Narcóticos Anónimos), sino que se ha extendido a otras áreas como el sexo, las relaciones, la obesidad, el juego, la codependencia, etc. Quizá haya más de 200 tipos de estos programas.

 

Para el tratamiento de adicciones, la espiritualidad es básica; aquí radica el cisma entre los programas de 12 pasos, en su mayoría administrados por para-profesionales, con raras excepciones, y la comunidad académica; generalmente ésta rechaza el énfasis de estos programas en lo espiritual. Por eso creo que es importante clarificar el tema de espiritualidad y reformularlo de manera que sea compatible con lo mejor de la ciencia, es decir, crear un tipo completo de tratamiento que incluya a la espiritualidad en vez de tratarla como algo extraño. Para realizar esto se necesita definir la espiritualidad como algo que no está conectado con, ningún credo, iglesia o afiliación religiosa, sino más bien simple mente como un “poder más alto” o como Dios en la forma en que uno lo pueda comprender. Muchos de los puntos señalados en los programas de 12 pasos están perfectamente apoyados por las investigaciones modernas sobre los estados de conciencia, así como por la psicología transpersonal.

 

Hemos encontrado en el transcurso de nuestro trabajo que temas tales como la entrega, el abandono de la ilusión de control personal, la muerte del ego, el llegar al fondo, son puntos críticos que llevan hacia una apertura a la espiritualidad; pertenecen además a mecanismos importantes de transformación y cura. Personas que practican la psicología transpersonal están muy al tanto de esto.

 

DIFERENCIAS ENTRE ESPIRITUALIDAD Y RELIGIÓN

 

El segundo punto que quisiera mencionar es la relación entre Carl Gustav Jung y los programas de 12 pasos, y su influencia en la fundación original de AA. Como ya mencioné, la psicología se pronuncia generalmente en contra de la espiritualidad, salvo en algunas excepciones. Carl Gustav Jung constituye una de ellas. A Jung se le considera como uno de los antecesores de la psicología transpersonal. Quiero en efecto demostrar que fue también antecesor de AA y desempeñó un papel critico en el desarrollo de los programas de 12 pasos. Esto está demostrado por su correspondencia con Bill Wilson. Lo que encontramos en esta correspondencia es que Wilson dio crédito a Jung en este sentido; aquí cito dicha correspondencia:

 

“Como Ud. verá claramente, esta cadena de sucesos increíbles comenzó hace mucho tiempo en su cuarto de consultas, directamente basada en la humildad y profunda percepción suyas; le aseguro que tiene Ud. una posición predominante en los afectos y la historia de nuestra comunidad. Con mucho agradecimiento, William Wilson”

 

El inicio de la cadena de sucesos a que se refería, es el caso de un paciente alcohólico que tenía Jung, mencionado como Roland H. Tuvo éste una recaída; volvió a Jung, el cual le dijo esencialmente que no podía hacer nada más en su favor, que su caso no tenía solución y que su única salida era unirse a una comunidad religiosa o espiritual donde pudiera exponerse a una experiencia espiritual directa. El paciente se unió entonces al llamado Grupo Oxford que tenía un énfasis de entrega total, de confesionalismo, muy similar a los programas de 12 pasos; allí tuvo su experiencia. La transmitió a amigos de su círculo, siendo uno de ellos Bill Wilson, quien a su vez tuvo una experiencia espiritual propia muy intensa en la habitación del hospital donde se encontraba, a lo que me referiré más adelante; éste último tuvo la gran suerte de estar bajo el cuidado de un profesional comprensivo que no le puso etiquetas patológicas sino más bien le ofreció gran ayuda y apoyo. Así fue la historia de esos contactos donde Wilson tuvo la idea de crear el AA.

 

Ahora citaré lo que Carl Gustav Jung respondió a Bill Wilson:

 

” No le puedo dar una explicación completa y suficiente del caso de Roland H.; sin embargo, lo intentaré con Ud. porque concluyo de su carta tan decente y honesta que Ud. ha adquirido un punto de vista superior a las banalidades equívocas que uno suele oir con respecto al alcoholismo. La avidez por el alcohol es, a un nivel bajo, el equivalente de la sed espiritual que todos tenemos por ser completos; en lenguaje medieval equivaldría a la unión con Dios. Alcohol, en latín, se traduce por “spiritus” ; y usamos también la misma palabra para la más alta experiencia religiosa como para el veneno más depravado. La fórmula más adecuada por lo tanto sería “spiritus contra spiritum”.”

 

El punto siguiente en donde nos enfrentamos a la relación entre la espiritualidad y la adicción es el de las conversiones, es decir el de aquellos potentes, súbitos y dramáticos cambios de personalidad que generalmente ocurren bajo ciertas condiciones de tensión emocional o física en las que los seres humanos sufren cambios de valores y de sistemas de vida. Estas conversiones ocurren en varios casos: las conversiones sexuales en las que una prostituta se convierte en monja o viceversa -el caso más famoso es el de María Magdalena, en la Biblia-, las conversiones morales en las que un criminal se convierte en filántropo o al menos adopta altos principios –en la Biblia, de nuevo, el ejemplo más conocido es Barrabás, y otro famoso ejemplo es Jean Valjean, en Los Miserables de Víctor Hugo: un prisionero liberado roba a un sacerdote. Cuando los gendarmes detienen al prisionero y le traen ante el padre, éste último dice que no hubo robo y que lo supuestamente robado había sido un regalo. Esto constituyó una experiencia tan inusitada que causó la rehabilitación del delincuente. Arthur Koestler describe una conversión política, es más, dos, de un burgués convertido al comunismo y tres años más tarde reconvertido a su situación original. Esto aparece en “La Flecha Azul” y en “El Dios que Falló“.

 

Lo más interesante para nosotros en este contexto es el cambio que ocurre en personas esencialmente ateas que experimentan una conversión religiosa; un caso donde esto aparece es en los sermones de John Wesley cuando describía el cielo y el infierno causando conversiones en algunos de los feligreses. William James estaba muy al tanto de la importancia de la relación entre el alcohol y la espiritualidad, así como de las conversiones religiosas y el impacto que pueden tener en las personas con adicciones. Escribió:

 

“El poder del alcohol en la humanidad se debe inequívocamente a la habilidad que tiene de afectar las facultades místicas del ser humano, generalmente aplastadas por los datos objetivos y las críticas secas de las horas sobrias. La sobriedad (en el sentido de lo opuesto a la embriaguez) discrimina, disminuye y dice no; la embriaguez expande, une y dice sí”.

 

Más adelante habla de la intoxicación como una especie de caricatura de la experiencia espiritual. Resume sus puntos de vista sobre las conversiones diciendo: “la única cura para la dipsomanía es la religiomanía” (la dipsomanía es un término arcaico para el alcoholismo), es decir, si una persona tiene una experiencia religiosa intensa, esa persona tiende a abandonar la botella porque .existe una incompatibilidad entre un tipo de vida profundamente religioso y el hábito de tomar alcohol.

 

ADICCIÓN Y SU TRATAMIENTO CON PSICODÉLICOS

 

Ahora entramos en el terreno más discutible y problemático que tiene que ver con los agentes psicodélicos. Lo hago con ciertas reservas pero ello es simplemente parte de mi historia. Me refiero al uso de los psicodélicos como sacramentos, en ciertas culturas tales como el uso del cactus peyote por algunos grupos indios, el uso de hongos, el soma, planta descrita por la literatura védica, que abría la mente. Lo que quisiera específicamente describir es el uso del peyote que fue consumido en Mesoamérica con anterioridad a 300 A.C. Su uso era frecuente en el mundo azteca y tolteca como sacramento en la época de la conquista por los españoles. Aún es usado hoy día por los indios Huicholes y Yaquis como sacramento principal. Después de la Guerra Civil norteamericana, el uso del peyote se expandió rápidamente desde el Río Grande hacia los E.E.U.U. y muchas tribus, casi 50, de los indios norteamericanos lo adaptaron, combinándolo sincréticamente con elementos cristianos. Esto dio origen a la Iglesia Nativa Americana que ha dado mucho apoyo espiritual y moral a las tribus norteamericanas que han sido desprovistas de su herencia cultural y de sus tierras, convirtiéndose en un elemento potente y rehabilitador en esa cultura. Existen muchos testimonios de indios alcohólicos que han sido rehabilitados después de su participación en esa iglesia y en experiencias espirituales con el uso ceremonial del peyote. Esta fue la principal fuente de inspiración en la creación de programas usando psicodélicos en el tratamiento de adictos y alcohólicos de los cuales formé parte. Vine de Europa con una beca, con este propósito específico.

 

Voy a permitirme unos minutos para describir las controversias con respecto al uso de psicodélicos, una situación muy interesante y muy compleja. El primer problema consiste en su clasificación: los agentes psicodélicos son clasificados en el mismo grupo que la cocaína, heroína y demás; esto constituye para muchas personas una indicación de que deben ser tratados de forma similar. El segundo problema es que muchas personas que los han experimentado de una forma descontrolada y sin supervisión han abierto zonas muy dolorosas en su psiquis. Entonces se han asustado y volcado hacia el alcohol o la heroína como medio para suprimir el surgimiento de este tipo de material psíquico doloroso. Así que existe una conexión entre el uso de psicodélicos y el posible uso ulterior de otras drogas. Lo que también contribuye a esto es que aquellas personas que trabajan en el campo del abuso de drogas tienen que vérselas solamente con los accidentes y no ven nunca a aquellas otras personas que pueden lidiar con los psicodélicos de otra manera. Eso fue algo sorprendente para mí porque siempre consideré los psicodélicos bajo otro enfoque: como sacramento en otras culturas o como tratamientos terapéuticos con debida preparación y ambiente, en una categoría completamente diferente de las otras sustancias. Cuando presencié reuniones de grupos de 12 pasos me di cuenta que hay personas que usan los psicodélicos de forma promiscua; recuerdo el caso de un estibador, adicto a la heroína, que tenía un tatuaje. Cuando alguien le preguntó cómo lo había obtenido, contó que se había embriagado, tomando cocaína, heroína y más de 500 microgramos de LSD; había amanecido 24 horas más tarde en un parque, sin saber cómo había obtenido el tatuaje. Así que me di cuenta cabal que los psicodélicos eran usados de manera distinta y en otro contexto del que me era familiar.

 

Otro punto es que muchas personas que están en proceso de recuperación tienen miedo a un cambio de conciencia; no importa si es con o sin drogas, ya que han estado tanto tiempo en un estado alterado de conciencia. Así, el uso de la respiración holotrópica puede ayudar al proceso de recuperación pero constituye un asunto problemático para el adicto por la misma razón. Existe un problema adicional, relacionado con la historia generalmente conocida de Bill Wilson quien, después de 20 años de abstinencia, participó en un programa con LSD y tuvo una experiencia espiritual muy profunda; trató de incorporarla a su programa de 12 pasos del AA, específicamente en el paso 11, encontrando una resistencia negativa muy fuerte. De nuevo, esto contribuye a la controversia. He oído el rumor que él escribió ampliamente sobre esto, con las instrucciones que dichos escritos no fueran abiertos hasta 20 años después de su muerte cuyo aniversario se cumplirá el año próximo. Ya conoceremos su opinión sobre el particular.

 

De cualquier forma, todo esto es parte importante de mi historia, aparte de las opiniones que podamos tener al respecto y sobre lo apropiado de este tipo de trabajo, pero lo hemos hecho; lo que ha resultado de estas investigaciones ha sido enfoques muy interesantes sobre la dinámica de las adicciones y, sobre todo, en lo que se refiere a ciertas raíces de la adicción que van más allá de la biografía, a la conexión con los niveles perinatales del subconsciente que se relaciona con el trauma del nacimiento, el nacimiento y la muerte, así como la relación con el nivel transpersonal de la psiquis. Lo más importante en este tipo de investigación en el cual las personas pudieron vivir de nuevo su nacimiento fue el descubrimiento de la relación profunda entre la adicción a drogas y la anestesia usada durante el parto. Si se piensa sobre esto es obvio que el primer gran trauma emocional y físico que sufrimos es el del nacimiento. Si el niño se encuentra en medio del trauma del nacimiento y en ese momento se propone una anestesia, ello indicaría a nivel celular que la forma de salirse de una situación dolorosa es por medio de las drogas; muchos piensan que los jóvenes de hoy que están tan involucrados en adicciones a drogas, no lo están al azar sino porque son la generación que nació en la época en la que los médicos obstétricos comenzaron a usar anestesia muy generosamente en partos, frecuentemente sin ninguna buena razón, sólo por su propia conveniencia o por la conveniencia de la madre.

¿Cómo es que los psicodélicos pueden ser usados en el tratamiento de alcohólicos? Existe un estudio donde se compara la gama de experiencias psicodélicas bajo la influencia del LSD con la gama de experiencia de personas que atraviesan un episodio de delirium tremens. Se conoce clínicamente que muchos de aquéllos que atraviesan un episodio de delirium tremens lo consideran como un punto clave de cambio en sus vidas, tan pavoroso que los cambia radicalmente. De ahí surgió la idea de crear un shock similar con los alcohólicos y así de alguna forma, detener su hábito de tomar. Algunas investigaciones comenzaron usando este punto de vista. Entonces surgió la figura misteriosa de L. Hubbard, que dijo que ésa no era la forma correcta de hacerlo y que lo correcto era crear experiencias espirituales positivas; había que introducir un ambiente especial y bello, con música y flores. Cuando le preguntaron el origen de sus ideas, contestó que con diez años de anterioridad al descubrimiento del LSD había tenido una visión durante la cual un arquetipo sobrenatural le había anunciado el próximo descubrimiento del LSD, dándole instrucciones de cómo debía ser usado. Se comenzó à usar entonces de esa manera, imitado en varios lugares, con resultados muy positivos reportados.

 

En nuestra investigación ulterior encontramos que no existe tan importante contradicción aparente entre estos dos enfoques positivo y negativoporque llegamos a la conclusión que son las experiencias espirituales positivas en principio las que valen en la cura; sin embargo, para llegar a alcanzarlas muchas personas tienen que enfrentarse primero con aspectos muy penosos de ellos mismos, de su propia psiquis, que equivalen a la noche oscura del alma; la muerte del ego, la entrega total y demás. Cuando fueron reportados estos resultados se recibieron con incredulidad porque después de todo el LSD era considerado una droga; el estado bajo la influencia de LSD se consideraba un estado patológico. Desde luego, surgía la pregunta de cómo un estado patológico podía curar a otro. Habían experiencias dramáticas; los resultados dramáticos se veían como patológicos y no como curativos. Esos eran los elementos de la incredulidad; los resultados positivos conseguidos en corto tiempo se veían como contrarios a las ideas de que para obtener resultados duraderos era preciso trabajar durante años en el desentrañamiento de los nudos de la psiquis. Igualmente, estas investigaciones se basaban más bien en impresiones clínicas que en estudios controlados; eso contribuyó a la incredulidad.

 

Por eso voy a dedicar unos minutos a describir el estudio controlado hecho por nosotros, con dos equipos. La idea es que si un grupo sólo tiene resultados positivos con estas experiencias nuestro juicio es subjetivo y no válido. Un equipo consistía en personal terapéutico que había tenido la experiencia y el otro consistía en personas que nunca la habían tenido; éste último emitió el diagnóstico inicial sobre el progreso del paciente y lo seguía en su recuperación. El estudio se realizó con dos grupos de pacientes seriamente alcohólicos, provenientes en su totalidad de los departamentos de rehabilitación de alcohólicos de hospitales estatales; tuvo lugar después de la desintoxicación de los pacientes. Uno recibió la droga y el otro fue un grupo de comparación. Usamos dosis de 450 microgramos de LSD y en otros casos de 50 mcg., con preparación, apoyo, música y demás, con resultados notables, verificados a los 6, 12 y 18 meses ulteriores. El Indice de recuperación fue inicialmente de 52% y luego bajó a 47%, aún así notable, especialmente cuando se consideraba que estos pacientes participaron tan sólo de 1 a 3 sesiones. Aquí llegamos al punto clave del estudio. Inicialmente el éxito fue impresionante de por sí, pero el problema fue que la dosis de 50 mcg., que se consideraba como un placebo, produjo con la música y el apoyo, un efecto muy grande, mientras que muchos pacientes con la dosis más alta de 450 mcg. tuvieron experiencias espirituales livianas o no tuvieron ninguna. Resulta que la correlación es con la experiencia espiritual intensa y no con la cantidad de droga administrada. Este es el puente que lleva a la respiración holotrópica; el asunto no es simplemente el de tomar la droga ya que es la experiencia, no la droga, la que produce la transformación. Menciono esto porque es históricamente importante; muchas personas pueden tener experiencias muy importantes usando técnicas sencillas como respiración, música, manipulación física, etc., con resultados equivalentes sin involucrar a drogas .

 

Lo último que quisiera decir sobre la relación entre la espiritualidad y la adicción a drogas es referente a lo que otros ya han mencionado elocuentemente en esta conferencia, especialmente R. Koger Walsh, Jack y Christina. Refiérase al hecho que podemos crear un buen argumento para establecer una profunda relación entre la unión, en el sentido espiritual, y la adicción; la adicción es una forma extrema de la unión; la unión es algo que pertenece al campo de la espiritualidad como Walsh ya lo ha demostrado. Así que, en este sentido, la adicción es una especie de dilema humano universal. Vivimos una crisis global; nos hemos acercado al borde de una catástrofe, expresada en la adicción en general, no sólo a drogas, adicción vinculada al sentido profundo de la unión.


 

BIBLIOGRAFÍA

 

GROF, Stanislav,

 

1980 – LSD Psychoterapy, Hunter House, Ca.

1984 – Ancient Wisdom and Modem Science, cd. State University of New York Press, Albany.

1985 – Beyond the Brain: Birth, Death, and Transcendence in Psychotherapy, State University of New York Press, Albany, NY.

1988a – The adventure of self-discovery: dimensions of consciousness and new perspectives in psychotherapy and inner exploration, State University of New York Press, Albany, NY.

1988b – Human survival and consciousness evolution, Ed. State University of New York Press, Albany, NY.

GROF, Stanislav y HALIFAX, Joan,

1975.- Realms of the human unconscious: observation from LSD research, Viking Press, New York.

1977 – The human Encounter with Death, E.P. Dutton, New York.

GROF, Stanislav y GROF, Christina,

1980 – Beyond Death: The gafes of consciousness, Thames & Hudson, London.

1989 – Spiritual Emergency: When personal transformation becomes a crisis, Tarcher Inc; Los Ángeles.+

 

[1] Onceava Conferencia Internacional Transpersonal: “Búsqueda Espiritual, Dependencias y Adicciones”. Eugene (Or.). Setiembre 1990. Primera parte. Traducido del inglés por Kenneth A. Symington y TAKIWASI.

 

Stanislav Grof, M.D., P.H.D., es psiquiatra con experiencia de más de 30 años de investigación sobre estados no ordinarios de conciencia inducidos por sustancias psicodélicas y varias técnicas sin drogas. Nació en Praga, Checoslovaquia, donde también hizo sus estudios científicos un grado M.D. en ta Escuela de Medicina de la Universidad de Charles y un grado P.H.D. en la Academia Checoslovaca de Ciencias. Sus primeras investigaciones sobre el uso clínico de drogas psicodélicas fueron llevadas a cabo en el Instituto de Investigación de Praga, donde era el principal investigador de un programa sobre el potencial heurístico y terapéutico del LSD y otras sustancias psicodélicas. En 1967, fue invitado como miembro de investigación y clínico por la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, MI). Al cabo de dos años decidió quedarse en Estados Unidos y seguir su investigación como Jefe de Investigación Psiquiátrica en el Centro de Investigación Psiquiátrica en Maryland y como profesor asistente de psiquiatría en la Clínica Henry Phillips de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. En 1973, fue invitado por el Instituto Esalen en Big Sur, California, donde vivió hasta 1987 en calidad de residente escolar escribiendo, dando semi narios y cursos, y desarrollando con su esposa Christina, el Holotropic Breathwork, una forma innovadora de psiquiatría experienciaL Fue miembro del Consejo de Administración del Instituto.

 

Por ahora vive en Mill Valley, CA, dirigiendo seminarios prácticos para profesionales en trabajos de respiración holotrópica y psicología transpersonal (Grof transpersonal training) y da cursos y seminarios en todo el mundo. Es uno de los fundadores y Jefes teóricos de la psicología transpersonal y Presidente fundador de la International Transpersonal Association. En esta función ha organizado conferencias internacionales en Estados Unidos, India y Australia.

Anonymous

Daniel

01 Nov 2014 - 11:33 pm

excelente articulo ya habia incursionado en los autores mencionados y su conexion con A.A. pero su enfoque me parece interesante muchas gracias¡¡¡¡¡

Anonymous

Cristian

21 Sep 2011 - 05:09 pm

Por favor quisiera me orienten, que pasos debo coger para hablar a A.A en la dimensión espiritual.
AYÚDENME URGENTE

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